Ayer,
Reina del Cielo, de Obernsee te vi bajar
Acariciando tu frente, vi la bruma tu rostro nublar
Caminabas y el sol se ataba a tu pelo
Y todo lo demás era una niebla otoñal
Siglos esperando tu venida y un nuevo verano
Te vi caminando lento, llevabas algo en la mano
Llevabas mis latidos, los tomaste en la última tormenta,
casi como un regalo,
Y allá arriba te quedaste, y aquí abajo una suerte incierta
Nebulosas dejaste, el mundo convertido en piedra
Dejaste a una tierra sin primavera
Y vienes a dar vida, una nueva temporada
Bajas y me quitas de esta vista helada
Cuánto te extrañé, parecía un frío interminable
Miraste y me volví dócil, domesticable
El hambre, la sed y mi ser te fueron a recibir; yo tenía miedo
Parecía una historia que ya había escuchado, un cuento trillado
No te creí, y me estiraste la mano,
Y te toqué, y volví a confiar
Sentí tus alas, me llevaste, no hubo ilusión
Y vi el color, y vi otra vez mi corazón
Qué suerte que a veces bajás hasta mí, Reina del Cielo, y me hacés perder la razón.-
¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Cuenta, cuenta, cuenta o cuenten debo de decir :]
ResponderEliminarRecuerden que hoy inicia el VERANO y estas letras despiertan y emanan a la felicidad más pura.
Un abrazo*
La más deliciosa forma de perder la razón.
ResponderEliminarNiebla nubla la nube
ResponderEliminarYo no quiero vivir en una tierra sin primavera. ;(
ResponderEliminarPrecioso poema veraniego :). Besos.
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